Los artefactos líticos tallados, insertados en soportes de madera para conformar hoces o trillos, también intervinieron en actividades agrícolas. Para su elaboración se tallaban láminas de diversos tipos de sílex granulométricamente diferentes, entre los cuales abunda el sílex oolítico. En algunas habitaciones de El Argar, Fuente Álamo y La Bastida han aparecido concentraciones de hasta docenas de láminas de sílex listas para reemplazar a los elementos gastados. El escasísimo o nulo número de núcleos y de restos de talla documentados, sobre todo en estos grandes poblados de altura, sugieren una separación espacial y social entre producción, distribución, almacenamiento y uso de útiles de piedra tallada.