La cerámica responde a un repertorio estandarizado en ocho formas básicas.
Se trata de recipientes cerámicos de factura cuidada que destacan por la alta calidad de sus acabados, el uso ocasional de apliques y una casi total ausencia de motivos decorativos. Dependiendo de su tamaño y su forma, estos recipientes fueron utilizados para preparar/cocinar alimentos sólidos y líquidos (Forma 2 grande, Forma 3), servir alimentos sólidos y líquidos (Forma 1, Forma 2 pequeñas, Forma 4 pequeñas, Forma 5 pequeñas, Forma 7), como vasos de servicio o soportes (Forma 8) o para almacenar alimentos y líquidos (Formas 4 y 5 grandes). En los contextos funerarios, las grandes vasijas acogieron los cuerpos de individuos adultos, mientras que los recipientes de menores dimensiones contuvieron cadáveres infantiles o bien constituyeron piezas de ajuar.