La sociedad de El Argar supuso un hito en el desarrollo de la vida sedentaria y el urbanismo, en el despegue de la metalurgia y en la formación de las desigualdades políticas y económicas. La Bastida ofrece una oportunidad única y excepcional para conocer esta etapa clave de nuestro pasado.
La sociedad de El Argar supuso un hito en el desarrollo de la vida sedentaria y el urbanismo, en el despegue de la metalurgia y en la formación de las desigualdades políticas y económicas. La Bastida ofrece una oportunidad única y excepcional para conocer esta etapa clave de nuestro pasado.
Estos poblados no priorizaban el acceso a las mejores y/o más extensas tierras de cultivo, pues se advierte una relación inversamente proporcional entre la población que los habitó y el potencial agrícola del que disponían en sus alrededores. Tampoco la proximidad a las principales mineralizaciones metálicas parece haber jugado un papel importante en el emplazamiento de estos grandes poblados. Por tanto, otros motivos más allá de los estrictamente económicos guiaron la elección de tales emplazamientos, tales como las ventajas defensivas o de control estratégico sobre rutas de comunicación y territorios económicos.
Junto a los grandes asentamientos de altura, se distingue otro tipo de poblado, emplazado también en cerro pero de menores dimensiones (<0,5 ha), que dispone de fortificación y un escaso número de tumbas, tales como Barranco de la Viuda y Tira del Lienzo, ambos en Murcia. Probablemente constituyeron puestos defensivos o de control económico al servicio de los grandes centros como Lorca y La Bastida.
Un tercer tipo de asentamiento incluye pequeñas aldeas ubicadas en llano sobre depósitos cuaternarios y suelos de mayor humedad. A juzgar por las evidencias de procesos productivos halladas en la Loma del Tío Ginés, Los Cipreses y El Rincón de Almendricos, su orientación económica fue principalmente agropecuaria. Es posible que una parte destacada de la producción de estas aldeas fuese transportada y centralizada en los grandes poblados de altura, sobre todo, a finales de época argárica.
En último lugar, pero no por ello menos importante, cabe mencionar la existencia de una serie de poblados argáricos situados directamente en el litoral como Punta de los Gavilanes o Illeta de Banyets. Además de un posible papel en las rutas de comunicación, desde ellos se accedía a la explotación de ciertos recursos marinos.